De niña cantaba una cancioncilla que dice:
Respirar a pleno pulmón
la brisa marina que viene del fondo del mar.
No podía imaginar entonces, que una función fisiológica tan natural pudiera ser modulada para tener resultados en el cuerpo físico, pero también en el estado de ánimo, y en consecuencia en la vida.
Y sí, respirar es necesario para vivir, pero da para mucho más, El arte de la respiración es una disciplina milenaria, que ha demostrado a lo largo de los siglos ser una terapia excelente para mejorar la salud, y aunque sorprenda a muchos, es una herramienta efectiva para aliviar el dolor dental.
La explicación es sencilla. Cuando sentimos dolor dental, nuestra respiración se vuelve más superficial y más rápida. La tracción de los músculos faciales y la mandíbula presiona las terminaciones nerviosas que agrava el dolor.
Respirar de manera profunda y relajada es un recurso poderoso que podemos utilizar para relajar los músculos de la mandíbula y la cara, al aliviar la tensión. Además, la respiración profunda también puede ayudarnos a reducir el estrés y la ansiedad.
Entonces, ¿cómo podemos respirar para aliviar el dolor dental? Aquí te damos algunos consejos:
Practica la respiración abdominal: Inhala por la nariz profundamente, llenando tu abdomen de aire y exhala lentamente por la boca, vaciando completamente tus pulmones.
Haz pausas: Haz una pausa después de inhalar y otra después de exhalar, lo que te ayudará a relajarte y disminuir la tensión en los músculos de la mandíbula y la cara.
Dedica unos minutos cada día para practicar la respiración profunda y notarás una gran diferencia en tu bienestar general y en la disminución del dolor dental.
En resumen, la respiración es una herramienta natural y efectiva para aliviar el dolor dental y mejorar nuestro bienestar general. ¡No sufras más! ¡Aprende a respirar de manera profunda y relajada y disfruta de la vida sin dolor! Y si necesitas ayuda profesional, ¡no dudes en acudir a expertos en neurociencia dental para obtener el tratamiento adecuado!